El pasado domingo ocurrió algo con lo que no contaba. Pasé por la huerta con la idea de pasar el motocultor y me encontré con varias sorpresas: la primera de ellas es que la hierba de la parcela de cultivo ha crecido bastante desde la última visita con lo que habrá que pasar la desbrozadora antes de meter el motocultor; la segunda y más importante es que el padre de Javi, con su mejor intención, había dado una pasada con herbicida por todo el bancal. Una desilución, no lo niego, ya que como conté hace unos días me gustaba ver las abejas volando entre las flores; unas flores que ya no existen, obviamente, y unas abejas que han buscado mejores pastos en otro sitio. Dentro de lo malo, se ha respetado la zona que había delimitado para cultivar así que seguimos adelante.
Como me había olvidado en casa la desbrozadora pasé el resto del día hablando con los parroquianos del pueblo, gente sencilla, amable y conocedora del lugar. Al poco de entablar conversación y de sacar el tema de los cultivos me di cuenta que allí todo se arreglaba con mochilas de herbicidas. Por más razones que daba para enfocar el problema de las hierbas y las plagas desde un punto de vista ecológico, no hubo manera. En cualquier caso les entiendo, debe de ser dificil cambiar el concepto y los hábitos de cultivo cuando llevas media vida usando productos químicos de Bayer (una «buena marca» como decían) y viene alguien de fuera a contarte otra forma de hacer huerta. No es cuestión de tener la razón absoluta, y menos en temas de huerto donde hay mil formas de hacer las cosas, sino de mostrar que hay otras alternativas más ecológicas y respetuosas con el medio.
No desespero.. predicaremos con el ejemplo y haremos menos dificil el cambio…
La huerta revuelta 
Hola, se muy bien de lo que hablas, en mi zona los agricultores de la «Old School» son un peligro con sus plaguicidas químicos y no siempre son respetuosos con los plazos de seguridad. He oído casos de utilizar «por probar» desinfectante para suelos agrarios sobre alcachofas. Por suerte en un día se secaron y murieron. Si las hubieran comido, los muertos serian ellos. Tienen la cabeza muy comida por Bayer, Monsanto y demás, y no ven el peligro que pueden llegar a suponer ciertos productos mal usados. Un saludo y no te desanimes, que el futuro de la agricultura somos nosotros.
Cierto, y cada día más. No son pocos los amigos que tiran por una tierra libre de venenos. Algunos cultivan y otros consumen pero todos tienen muy presente lo que comen lgas plantas. Ahora vamos de camino al huerto para meter la desbrozadora si la lluvia nos da un respiro. Por cierto, pocas fotos veo en tu blog! 😉 Échate unas pocas!
La verdad es que siempre pienso en llevarme la cámara al campo y siempre se me olvida. Mientras no me deje la herramienta y el bocadillo…
De todas formas, y si el tiempo lo permite, mañana o pasado haré fotos que los naranjos están floreciendo. Pero creo que irán al Facebook, que creo que se verán mejor. Un saludo
Ja! dímelo a mí, que mis padres echan azufre en la base y un trapo con gasolina enrollado en el tronco de los árboles frutales para que no se suban las hormigas… no sólo de Bayer vive el hombre.
Saludos,
Rosa.
Espero que el vecino de bancal, que por cierto ayer vi que ya había plantado tomates y pimientos, acabe dejando los venenos y se pase al lado ecológico. No me cabe duda que los dos tendremos tomates así que, ¿para qué añadirles herbicidas? cierto que te quitan algo de trabajo pero no creo que compense.
No compensa en absoluto, puede incluso darte mas trabajo. Nosotros estamos haciendo unas pruebas de control biológico y si todo va según lo previsto nos ahorraremos los tratamientos (ecológicos) de la araña roja y el aclareo de naranjas. Los agricultores convencionales han adquirido unas técnicas barbaras con los ecosistemas y ya no recuerdan que antes producían mejor calidad sin productos químicos.